Viviendo el Reino: Una Exploración Interactiva

Viviendo el Reino de Dios

Una exploración interactiva de la generosidad, la justicia y la unidad en tiempos caóticos.

Principios Fundamentales del Reino

El informe se centra en tres virtudes esenciales que emanan del Reino de Dios. Selecciona un principio para profundizar en su significado bíblico y descubrir cómo se aplica a los desafíos de nuestro mundo.

Bienvenido a la Exploración del Reino

El concepto del "Reino de Dios" es una doctrina revolucionaria que ofrece un plan divino para la sociedad. No es simplemente una realidad futura, sino una que irrumpió en la historia con Cristo y que estamos llamados a vivir hoy.

Esta aplicación te permite deconstruir este concepto. Comienza seleccionando uno de los tres principios fundamentales de arriba para ver cómo podemos aplicarlos en un mundo que necesita desesperadamente la esperanza y la transformación del Reino.

La Tensión del "Ya, pero Todavía No"

Una idea clave para entender el Reino es su doble naturaleza. El Reino **"ya"** está aquí, activo en el mundo a través de la Iglesia y los creyentes. Sin embargo, **"todavía no"** ha llegado a su plenitud final. Vivimos en esta tensión, trabajando por la justicia y la paz en un mundo imperfecto, con la esperanza segura de su consumación futura. Esta perspectiva nos da tanto la urgencia para actuar ahora como la paciencia para perseverar.


Estudio de Caso: Acción Social en Guayaquil

El informe destaca ejemplos concretos de cómo se viven los principios del Reino. Este gráfico visualiza los tipos de proyectos de ayuda social realizados por diversas organizaciones cristianas en Guayaquil, Ecuador, mostrando un enfoque práctico en las necesidades de la comunidad.

Fundamento Bíblico

Explora los pasajes bíblicos clave que sustentan cada principio. Usa los filtros para centrarte en las Escrituras relacionadas con la generosidad, la justicia o la unidad.


Viviendo el Reino Ahora: Un Llamado a la Acción

Vivir en el Reino no es una aspiración pasiva, sino un llamado activo. Comienza con una transformación personal a través de la entrega a Cristo, pero se manifiesta colectivamente a través de la Iglesia. Somos llamados a ser agentes de la generosidad, la justicia y la unidad de Dios en un mundo que las necesita desesperadamente.

Esta tarea requiere una dependencia constante de la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo. Que esta exploración te inspire a encarnar los valores del Reino en tu propia vida y comunidad, convirtiéndote en un faro de esperanza en medio del caos.

Aplicación interactiva basada en el informe "Vivir ya en el 'Reino de Dios'".

miércoles, 27 de mayo de 2020

¿Por qué juzgas a otros?

¿Por qué juzgas a otros?

Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez

(Santiago 4:11).

Reflexión: Con frecuencia hay quienes dicen que juzgar es pecado y que solo Dios puede juzgarnos, sin embargo, juzgar no siempre está mal, en su lugar usar la hipocresía cuando lo hacemos sí. Jesús en Mateo 7:1-2 dijo: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”. Muchos utilizan esta declaración en un intento por hacer callar a quienes les critican, interpretando que Jesús quería decir que ninguno tenía el derecho para juzgar a otro, no obstante, Jesús continúa estas palabras diciendo: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” Mateo 7:3-5. De manera que Cristo condena es la hipocresía de la que hacemos uso cuando emitimos algún juicio, para evitar pecar con este mal debemos examinarnos a nosotros mismos antes de juzgar a los demás. Jesús nos habla de sacarnos la viga de nuestro ojo, antes de sacar la paja del ojo de alguien más, es decir, primero autocorregirnos nosotros antes de hacerlo con otros, por lo que no está mal corregir a los demás, pero sin ser hipócritas. Si vamos a juzgar a alguien, debe ser siempre en amor, sin hipocresía y llamando a las personas al arrepentimiento, pensando en construir y edificar en vez de destruir y avergonzar, como se aprecia en Gálatas 6:1 “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.”

Paz y Gracia.